niños ecologistas
niños ecologistas
María Del Alma Cedeño.
Muchos dicen que pensar en grande es cosa de niños y estos chicos son la prueba. A corta edad han aprendido sobre el cuidado del medio ambiente y han decidido actuar para ayudarlo.
La creatividad les permite hacer con materiales que otros consideran basura un juguete, un portavasos, un lapicero e incluso un regalo para un ser querido.
Con tan solo 7 años, María del Alma Cedeño, moradora de Santa Cecilia, tiene muy claro por qué es importante cuidar el medio en el que vive. “Es nuestro hogar, por eso hacemos cosas como separar la basura y reusar el papel”, dice mientras recorta una botella. “Cuando estoy en mi casa y cojo una botella de agua, si me la acabo, la vuelvo a llenar porque es algo que aún se puede usar”, cuenta.
El lugar donde aprendió a reutilizar es su escuela, el Centro Educativo Balandra, donde a los chicos se les inculca desde pequeños el amor por la naturaleza. Además de separar sus desechos, los niños de pre-escolar y maternal aprenden a plantar árboles en los jardines.
Para María del Alma no es difícil reconocer cuáles son los desechos orgánicos y cuáles son los que ella puede aprovechar para crear nuevas cosas. Pero el plástico no es lo único que estos niños toman como materia prima. El cartón y los papeles de revistas también les sirven para decorar, guardar sus ‘tesoros’ o hacer portarretratos.
Carlitos Pérez vio en las cajas de zapatos un buen escondite para colocar de todo. Lápices de colores, juguetes, legos, crayolas, etcétera. “Aquí es donde guardaba mis cosas antes de saber la contraseña de la caja fuerte”, dice señalando una caja amarilla que ahora está llena de animales de juguete.
Además de reutilizar, Carlos recoge botellas plásticas de todos los tamaños desde hace un año. “Empecé a hacerlo con las personas de mi casa porque había un concurso y teníamos que reunir muchas”, explica. Llegó a tener 100 y desde ahí se quedó con la costumbre. “Sí ayuda un poquito, porque el planeta es grande y hay mucha gente que no recicla”, expresa. En su colegio, el Liceo Los Andes, es donde aprendió sobre el reciclaje. Cree que es importante que los niños reciclen porque así lo seguirán haciendo cuando crezcan y serán cada vez más los que se preocupen por el planeta.
Eso es lo que María Isabel Loyola ha logrado no solo en su casa sino también en su colegio, La Asunción. Lleva un año recogiendo botellas, cartón y papel periódico en su barrio y su escuela para luego venderlos a una empresa recicladora. “Todo empezó hace un año cuando en el colegio nos hablaron mucho de los bosques y pensé de qué manera podía ayudarlos para que haya menos deforestación”, dice muy segura. Con 10 años de edad considera que reciclar no es solo un juego sino que es la medida más importante para cumplir su meta de ayudar al medio ambiente.
“Vi una empresa por mi colegio que decía recicladora y le dije a mi mamá para empezar a hacerlo”, recuerda. Desde ahí, cada dos meses recoge y lleva decenas de fundas biodegradables llenas de botellas.
Generalmente son las botellas de los jugos que lleva en el lunch o de bebidas que compran en su casa, pero María Isabel también recurre a sus vecinos y abuelos, a quienes pide botellas y cualquier tipo de papel. Este también lo utiliza para hacer manualidades. “Si pego el periódico con goma, puedo hacer portalápices y otras cosas”, dice. Incluso en un momento quiso hacerlas para vender, “pero mi mamá no me dejó”, dice riendo.
Conocer más medios para colaborar con el medio ambiente es lo que lleva a María Isabel a investigar. “Siempre le pregunto a mi profesora, incluso cuando se acaba la clase, cómo ayudar y qué cosas son las que dañan el planeta”. Así aprendió que hay cultivos de plantas como el eucalipto que luego de ser cortadas dejan la tierra infértil. “Por eso yo no compro hojas de eucalipto”, dice. Además se preocupa por desconectar los artefactos electrónicos, como la computadora y el internet, para consumir menos energía cuando no los está utilizando.
Su patio se llena de botellas y de plantas que ella misma cuida. “A veces guardo cáscaras de frutas y las pongo en la tierra para que crezcan mejor”, dice.
La creatividad de los niños se ve reflejada en lo que pueden hacer para ocupar su tiempo de una forma productiva. Eso es lo que busca Checrallah Manzur, de 8 años. En su casa en Los Ceibos ocupa sus ratos libres para jugar con papeles que ya nadie usa o los tubos de cartón del papel higiénico. “Si juntas dos puedes hacer juguetes o un telescopio”, explica.
Su clase de arte en el centro educativo Balandra es lo que le ha ayudado a ser más creativo. “Me enseñaron que una forma de cuidar el planeta es usar menos recursos. Si yo puedo hacer mis juguetes, mis papás no tienen que gastar tanto dinero en eso”, dice.
Además de desarrollar su imaginación, Checrallah cree que reutilizar materiales es una forma de ocupar su tiempo en algo bueno. “Para hacer el plástico de los juguetes utilizan petróleo y eso daña el planeta. Si encuentro otras formas de divertirme en lugar de estar echado en mi cama o ver televisión, es mejor”, expresa.
Para Alsacia Reyes, de 10 años, el papel que ya no utilizan sus hermanas mayores y los cartones son materiales que le sirven para crear cosas nuevas. “Siempre les pido que me regalen el papel o algún plástico y con mi hermano menor los usamos para jugar”. Tener una conciencia ambiental es algo que ha obtenido por las enseñanzas de su colegio, el Alemán Humboldt, donde también se clasifican los desechos.
“Cuando reciclas y reutilizas haces que haya menos basura y no se va todo a los botaderos”, explica.
La enseñanza en las instituciones educativas ha sido un motor para que estos niños emprendan actividades ecoamigables en sus hogares, invitando a otros a unirse.
“En el colegio nos enseñan que hay que cuidar al planeta porque es nuestro hogar, a separar la basura y reusar”.
María Del Alma Cedeño
Alumna del colegio Balandra
“Me interesé mucho por los bosques. Quiero que haya menos deforestación ”.
María Isabel Loyola
Estudiante de La Asunción
"Reutilizar ayuda al medio ambiente y al mismo tiempo hacemos cosas creativas”.
Checrallah Manzur
Del Balandra
“Yo reciclo pero creo que ayuda un poquito porque el planeta es grande y hay mucha gente que no recicla”.
Carlitos Pérez
Morador de Los Ceibos
“Se puede cuidar el planeta y divertirse al mismo tiempo. Hacer nuevas cosas con papel”.
Alsacia Reyes
Aluma del Alemán Humboldt
http://unvrso.ec/0003FPB
La creatividad les permite hacer con materiales que otros consideran basura un juguete, un portavasos, un lapicero e incluso un regalo para un ser querido.
Con tan solo 7 años, María del Alma Cedeño, moradora de Santa Cecilia, tiene muy claro por qué es importante cuidar el medio en el que vive. “Es nuestro hogar, por eso hacemos cosas como separar la basura y reusar el papel”, dice mientras recorta una botella. “Cuando estoy en mi casa y cojo una botella de agua, si me la acabo, la vuelvo a llenar porque es algo que aún se puede usar”, cuenta.
El lugar donde aprendió a reutilizar es su escuela, el Centro Educativo Balandra, donde a los chicos se les inculca desde pequeños el amor por la naturaleza. Además de separar sus desechos, los niños de pre-escolar y maternal aprenden a plantar árboles en los jardines.
Para María del Alma no es difícil reconocer cuáles son los desechos orgánicos y cuáles son los que ella puede aprovechar para crear nuevas cosas. Pero el plástico no es lo único que estos niños toman como materia prima. El cartón y los papeles de revistas también les sirven para decorar, guardar sus ‘tesoros’ o hacer portarretratos.
Carlitos Pérez vio en las cajas de zapatos un buen escondite para colocar de todo. Lápices de colores, juguetes, legos, crayolas, etcétera. “Aquí es donde guardaba mis cosas antes de saber la contraseña de la caja fuerte”, dice señalando una caja amarilla que ahora está llena de animales de juguete.
Además de reutilizar, Carlos recoge botellas plásticas de todos los tamaños desde hace un año. “Empecé a hacerlo con las personas de mi casa porque había un concurso y teníamos que reunir muchas”, explica. Llegó a tener 100 y desde ahí se quedó con la costumbre. “Sí ayuda un poquito, porque el planeta es grande y hay mucha gente que no recicla”, expresa. En su colegio, el Liceo Los Andes, es donde aprendió sobre el reciclaje. Cree que es importante que los niños reciclen porque así lo seguirán haciendo cuando crezcan y serán cada vez más los que se preocupen por el planeta.
Eso es lo que María Isabel Loyola ha logrado no solo en su casa sino también en su colegio, La Asunción. Lleva un año recogiendo botellas, cartón y papel periódico en su barrio y su escuela para luego venderlos a una empresa recicladora. “Todo empezó hace un año cuando en el colegio nos hablaron mucho de los bosques y pensé de qué manera podía ayudarlos para que haya menos deforestación”, dice muy segura. Con 10 años de edad considera que reciclar no es solo un juego sino que es la medida más importante para cumplir su meta de ayudar al medio ambiente.
“Vi una empresa por mi colegio que decía recicladora y le dije a mi mamá para empezar a hacerlo”, recuerda. Desde ahí, cada dos meses recoge y lleva decenas de fundas biodegradables llenas de botellas.
Generalmente son las botellas de los jugos que lleva en el lunch o de bebidas que compran en su casa, pero María Isabel también recurre a sus vecinos y abuelos, a quienes pide botellas y cualquier tipo de papel. Este también lo utiliza para hacer manualidades. “Si pego el periódico con goma, puedo hacer portalápices y otras cosas”, dice. Incluso en un momento quiso hacerlas para vender, “pero mi mamá no me dejó”, dice riendo.
Conocer más medios para colaborar con el medio ambiente es lo que lleva a María Isabel a investigar. “Siempre le pregunto a mi profesora, incluso cuando se acaba la clase, cómo ayudar y qué cosas son las que dañan el planeta”. Así aprendió que hay cultivos de plantas como el eucalipto que luego de ser cortadas dejan la tierra infértil. “Por eso yo no compro hojas de eucalipto”, dice. Además se preocupa por desconectar los artefactos electrónicos, como la computadora y el internet, para consumir menos energía cuando no los está utilizando.
Su patio se llena de botellas y de plantas que ella misma cuida. “A veces guardo cáscaras de frutas y las pongo en la tierra para que crezcan mejor”, dice.
La creatividad de los niños se ve reflejada en lo que pueden hacer para ocupar su tiempo de una forma productiva. Eso es lo que busca Checrallah Manzur, de 8 años. En su casa en Los Ceibos ocupa sus ratos libres para jugar con papeles que ya nadie usa o los tubos de cartón del papel higiénico. “Si juntas dos puedes hacer juguetes o un telescopio”, explica.
Su clase de arte en el centro educativo Balandra es lo que le ha ayudado a ser más creativo. “Me enseñaron que una forma de cuidar el planeta es usar menos recursos. Si yo puedo hacer mis juguetes, mis papás no tienen que gastar tanto dinero en eso”, dice.
Además de desarrollar su imaginación, Checrallah cree que reutilizar materiales es una forma de ocupar su tiempo en algo bueno. “Para hacer el plástico de los juguetes utilizan petróleo y eso daña el planeta. Si encuentro otras formas de divertirme en lugar de estar echado en mi cama o ver televisión, es mejor”, expresa.
Para Alsacia Reyes, de 10 años, el papel que ya no utilizan sus hermanas mayores y los cartones son materiales que le sirven para crear cosas nuevas. “Siempre les pido que me regalen el papel o algún plástico y con mi hermano menor los usamos para jugar”. Tener una conciencia ambiental es algo que ha obtenido por las enseñanzas de su colegio, el Alemán Humboldt, donde también se clasifican los desechos.
“Cuando reciclas y reutilizas haces que haya menos basura y no se va todo a los botaderos”, explica.
La enseñanza en las instituciones educativas ha sido un motor para que estos niños emprendan actividades ecoamigables en sus hogares, invitando a otros a unirse.
“En el colegio nos enseñan que hay que cuidar al planeta porque es nuestro hogar, a separar la basura y reusar”.
María Del Alma Cedeño
Alumna del colegio Balandra
“Me interesé mucho por los bosques. Quiero que haya menos deforestación ”.
María Isabel Loyola
Estudiante de La Asunción
"Reutilizar ayuda al medio ambiente y al mismo tiempo hacemos cosas creativas”.
Checrallah Manzur
Del Balandra
“Yo reciclo pero creo que ayuda un poquito porque el planeta es grande y hay mucha gente que no recicla”.
Carlitos Pérez
Morador de Los Ceibos
“Se puede cuidar el planeta y divertirse al mismo tiempo. Hacer nuevas cosas con papel”.
Alsacia Reyes
Aluma del Alemán Humboldt
http://unvrso.ec/0003FPB
No hay comentarios:
Publicar un comentario