Había una vez un gallo cantor, que una mañana amaneció sin voz. En el corral preocupados, todos hablaban del mal que aquejaba al gallo:
-“Si el gallo no canta, tendrá un nudo en la garganta”
- “Seguro que al comer sardinas, se ha tragado alguna espina”
-“¿Se habrá enamorado de alguna gallina?”
El caso es que gallo Claudio, se llamaba así, sin cantar quiquiriquí se quiso marchar de allí.
Preparó su casa en lo alto de un pino, desde donde divisaba todos los caminos.
Al poco tiempo, volvió a cantar.
-“Quiquiriquí”, cantó a la una, y escuchó extrañada la luna.
Por la tarde hacia las tres, cantó gallo Claudio otra vez:
- “Quiquiriquí” y dijo una granjera:
-”Este gallo no se entera, canta cuando nadie lo espera”
Y así cantaba y cantaba, solo porque le gustaba, y no solo al amanecer como todos le obligaban.
Un día dijo una niña, tocándose la nariz:
-“Este gallo es muy feliz”
Todos fueron a escucharle, la niña tenía razón, gallo Claudio cada día, cantaba mucho mejor
Entonces hablaron todos:
-“Vuelve a cantar al corral, da igual la hora, el momento , ¡queremos oírte cantar!”
-“Quiquiriquí”, contento cantó, y gallo Claudio volvió.
Marisa Alonso Santamaría
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