La añoranza galopa sobre luces de bengala,
con medias de blondas y zapatitos de charol,
la retrospectiva , sus juguetes desembala ,
el Niño Dios sonríe, juega con sus rayos de sol.
La esencia, sus
bienaventuranzas regala,
alma y barro fundidos en fúlgido crisol,
Es Luz de los mortales, su amor nos avala,
su presencia es sendero de vida, es farol .
Sueños infantiles, con la razón y sin razón,
no sabe andar y a cada rato tropieza,
sabe de Dios vivo, lo busca en cada rincón.
Día tras día, noche
tras noche, medita su acción,
manantial de alegrías
,alejan la tristeza,
En promesa cumplida, en sangre de redención
ADELA