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sábado, 8 de julio de 2017

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domingo, 2 de julio de 2017

Plan Perdón - "Patricia"




Jesús dijo a sus discípulos:
- Siempre habrá incitaciones al pecado, pero ¡ay de aquel que haga pecar a los demás! Mejor le sería que lo arrojasen al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeños. ¡Tened cuidado!
Si tu hermano te ofende, repréndele; pero si cambia de actitud, perdónale. Aunque te ofenda siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: ‘No volveré a hacerlo’, debes perdonarle.
Los apóstoles pidieron al Señor:
– Danos más fe.
El Señor les contestó:
– Si tuvierais fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podríais decirle a esta morera: ‘Desarráigate de aquí y plántate en el mar’, y el árbol os obedecería."

Esto no llama a reflexionar profundamente ,  buscar sanar tu alma a través del perdón ...muy pero muy difícil humanamente ,más ten fe e invoca al Espíritu Santo es el mejor Cirujano plástico que te intervendrá  y hará desaparecer tus cicatrices.Toma en cuenta las siguientes reflexiones:
-Que no debemos escandalizar, ni incitar al pecado a los demás, especialmente a los pequeños, la gente sencilla.
¿Ayudamos a los demás a creer o somos un obstáculo a su Fe?
¿Encuentran en nosotros al hermano que les tiende la mano y los acompaña para crecer?
- Que debemos perdonar siempre. Sin perder la paciencia. Perdonar cada vez, aunque nos cueste.
- Que la Fe lo puede todo, porque creer es ponerse en las manos de Dios. 
Con Él lo podemos todo.
Son los tres puntos de reflexión que en un resumen Patricia a continuación nos dona como testimonio de vida de esa realidad triste, amarga y sabia  como es que cuando te dejas tocar,cuando el chispazo divino toca la esencia de tu atribulada alma, la eleva y ayuda a ti...inocente  victima tienes la fuerza de salir de esa oscuridad de ese dolor, ira  y traumas . 

Para todos generalmente recordar la niñez es sinónimo de felicidad: sonrisas, amigos y buenos ratos junto a la familia. Pues bien, a mí no me pasó lo mismo, por mucho tiempo quise negar mis recuerdos de infancia sin entender la razón de dicho tabú. Luego, al acercarse el nacimiento de mi hija de repente sentí esa extraña sensación de todo volcado al mismo tiempo a mi mente: recuerdos de una niñez alegre, pero una niñez con muchos extraños y repetitivos episodios de escenas sexuales con mis primos, hijos de amigos de mis papás y mi abuelo cuando no tenía más de cinco años…
Sí, vengo de una familia con muchos hombres, donde como única mujer y con un ambiente permanente de fiesta y trago tuve que enfrentar desde muy chica esta cruda realidad, realidad que pensándolo bien, no entendí de niña, no sabía que no era un juego, no sabía que debían existir una edad, una madurez y unas razones para poder compartir la intimidad con otra persona.
Mi reacción inmediata fue culpar a mis padres por no haber puesto la atención que debían, en un ser tan frágil como lo es una niña de cinco años, culpar a mis primos y los demás niños y culpar a mi abuelo. Sentí mucho odio, irá, ¡¡quise irme de este país para siempre y no volverlos a ver nunca más!! Pero… ¿para qué? Luego de mucho tiempo con esta mezcla de sentimientos y a pocos días del nacimiento de mi pequeña Andrea comencé a entender que tanto odio no servía de nada, que esta irá no iba a regresar el tiempo para evitar que estas cosas sucedieran, que no iba a volver a ser niña para poder remediar la situación, que no iba a volver a ser adolescente para haberme podido valorar un poco más y haber tenido más valor por mi cuerpo y que estaba en el hoy y el ahora con un hogar formado, una carrera promisoria, una hija por nacer y, sí, ¡con unos padres amorosos y unos primos amigos! Mi abuelo… murió hace un tiempo de muerte natural y soledad infinita.
El odio no sirve de nada. Si de algo estoy segura hoy es que mis papas jamás quisieron hacerme daño, tuvieron una paternidad muy jóvenes y tal vez no comprendieron la responsabilidad de tener una niña en un mundo hostil… creo que nunca imaginaron los juegos a los que podía ser invitada una niña a esa edad. Mis primos y amigos… pequeños exploradores de un mundo extraño y lleno de sensaciones. Mi abuelo, probablemente víctima de una enfermedad mental que nunca demostró…y de la cual creó que no fui la única víctima.
Lección:
1. ¡Papás, por favor no descuiden nunca nunca a sus hijos en fiestas, en reuniones. No confíen en nadie! Sus hijos son un tesoro preciado y como tal no puede perderse de vista en ningún momento.
2. Personas que pasaron por lo mismo… ¡Ánimo! Todo en la vida pasa por algo, tal vez a mí me paso para poder dar hoy testimonio y contribuir a que haya menos maltrato sexual infantil en el mundo.
3. A mis padres y primos: ¡los perdoné y los amo! En un corazón humano solamente pueden caber pensamientos bondadosos si es que queremos cambiar el mundo.