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lunes, 15 de octubre de 2012

RECURSOS

tENGO MUCHOS AMIGOS EN LA UHE Unión Hispanomundial de escritores este artículo de Antonio  Fernandez en opinión personal resulta  muy meritorio ya que se ocupa y habla del desarrollo de niños pequeños de  las vivencias evolutivas que ayudan en el trabajo de comunicarse con el mundo que lo rodea .Es muy interezante y da su aporte reflexivo en este campo de estudio .espero lo enlacen y comenten.
Publicado por Antonio Fernández López
Cuando vemos a un menor de tres años más o menos, inevitablemente pensamos que es pequeño porque es difícil no verlo desde el componente del tamaño físico. En ese sentido es cierto que es pequeño, pero al mismo tiempo también es una persona que ya ha recorrido una serie de vivencias esenciales en la vida y tiene ya almacenado un bagaje de vivencias muy importante. Una historia a sus espaldas que puede no parecer muy larga pero que sí que ha sido muy intensa. Y es que el tiempo no es solo cronología, que lo es. Hay tiempos que pasan en un suspiro y otros que se estiran hasta parecer eternos.

Hay en este mundo muchas cosas que no entendemos porque nuestra capacidad para comprender es muy limitada pero no hay nada que pase por casualidad. No es casual que al principio de la vida contabilicemos el tiempo por días, por semanas, por meses, por años y luego mejor nos olvidamos de la edad porque quisiéramos que el tiempo no pasara. Eso nos ofrece una primera estampa de la importancia que le damos al tiempo en cada momento. De modo que hacia los tres años una persona tiene una experiencia de vida, puede que no muy larga, pero sí muy intensa. Digamos que las grandes adquisiciones ya se han producido y que la historia nuestra ya tiene una madurez importante porque ha superado los sentidos más intensos y estrechos: tacto, gusto, olfato. La vista o el oído también han sido usados pero todavía su hegemonía no ha llegado. Será a partir de ahora cuando los primeros sentidos pasarán a un segundo lugar y se impondrán en gran medida, tanto el oído como la vista.

No debemos desmerecer, por tanto, la experiencia de los tres primeros años de la vida sino por el contrario tomar conciencia de que con su superación se han fraguando los esquemas fundamentales de conocimiento humano. Es cierto que la capacidad de explicación de lo que pasa es muy limitada, pero no la capacidad de sentir y de reaccionar en función de las percepciones profundas que hemos experimentado. Esto también significa un drama desde el momento en que no podemos más que interiorizar lo que nos llega y es sólo a partir de esa edad de los tres años más o menos cuando vamos siendo capaces de comunicarnos con los demás para transmitirles de una manera común a través del lenguaje hablado que todos compartimos aquello que nos pasa, lo que sentimos, nuestros afectos y nuestros odios. Podemos entendernos a través de las palabras.

Hasta ese momento ha habido multitud de formas de expresión y de comunicación, pero siempre ceñidos a las personas más cercanas que han rodeado a cada pequeño. Esas sí se están enterando desde el principio de cuántas y de cuáles son las claves de comunicación que se están usando en cada caso, pero siempre desde el ámbito cercano, íntimo, incluso particular para cada individuo o para cada momento. A medida que vamos superando los niveles más estrechos del tacto o del gusto, poco a poco los códigos se van universalizando y va siendo más posible que los espacios de comunicación se agranden y se objetiven aunque también van perdiendo intimidad. Y es que el progreso humano como cualquier otro es siempre una relación dialéctica en la que se gana y se pierde. En un principio la intensidad es máxima en la comunicación pero la extensión muy pequeña, sólo conocida por los más cercanos. A medida que se crece vamos perdiendo intimidad pero vamos ganando en extensión y nos vamos incorporando a la estructura objetiva y social que todos compartimos.
Quiero por tanto concluir con que hacia los tres años nos encontramos con personas muy desarrolladas sensorialmente hablando en los ámbitos íntimos pero con enormes deseos de asumir todos los códigos sociales establecidos, que son los que tienen menos desarrollados, para incorporarse a la estructura social como miembros de pleno derecho.

1 comentario:

  1. para mí es un honor. Gracias a tí por considerar de interés lo que yo cuento sobre los ni.ños que no es sino la síntesis de lo que ha sido mi experiencia laborar a lo largo de más de 30 años con menores de seis años. Un beso

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