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martes, 10 de enero de 2012

Niños que no duermen siesta presentan más ansiedad y desmotivación


Si su hijo preescolar despierta de buen humor tras dormir una siesta de al menos una hora y media, es porque hacerlo le hace bien a su salud y desarrollo emocional. Así lo afirma un estudio de la U. de Colorado (EE.UU.), que demostró cómo los niños pequeños que no tienen la costumbre de dormir después de almuerzo tienen más mal humor, ansiedad y desmotivación que los rodea que los que sí lo hacen. "La falta de sueño generó en los niños estudiados una mayor ansiedad y menores muestras de alegría, interés y motivación", dice a La Tercera la autora del estudio, Monique LeBourgeois.
La experta añade que si bien no estudiaron los mecanismos cerebrales responsables de los efectos observados en los niños, sí se sabe por investigaciones hechas en adultos que cuando no se duerme durante la noche, las personas presentan una desconexión funcional entre la amígdala y la corteza prefrontal, siendo ambas zonas muy importantes en lo que respecta a la expresión de las emociones.

Diversos estudios han probado que en los adultos la falta de sueño produce disminuciones en el estado de ánimo, las emociones e hipervigilancia, así como la sensibilidad amplificada a los estímulos negativos. Este estudio es el primero en mostrar que en los niños de entre dos y tres años el sueño es un factor clave en cómo éstos responden a su mundo. "Cuando el sueño es restringido, los niños pequeños no son capaces de aprovechar al máximo las experiencias positivas ni adaptarse a contextos difíciles", dice el estudio.

La siesta

Los investigadores examinaron las expresiones de salud emocional de niños en dos escenarios: cuando cumplían con su régimen de siesta normal y otro día siendo privados de ésta. Luego grabaron a los menores mientras realizaban dos tipos de puzzles: en el primer rompecabezas estaban todas las piezas, lo que permitía que el niño lo armara y experimentara emociones positivas. El segundo, en tanto, tenía una pieza menos, era imposible de completar y, por lo tanto, producía frustración.

Los resultados revelaron que los niños privados de dormir tuvieron un 34% menos de respuestas emocionales positivas cuando completaron el primer rompecabezas, en comparación con los que sí durmieron siesta. Mientras que mostraron un 31% más de respuestas negativas, como tristeza, ansiedad y enojo cuando les tocó armar el puzle incompleto. No sólo eso: tenían un 39% menos de sensación de "confusión" en este último ejercicio, que es lo que hace que el niño sienta que algo no cuadra o funciona.

¿Cuál es el tiempo de siesta recomendado a esta edad? LeBourgeois dice que, en general, los niños precisan entre 11 y 13 horas de sueño al día, incluyendo en esta cifra siestas de 90 minutos", concluye el especialista.por C. Pérez y F. Gajardo

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